vuela con tu augurio lejos de mi lado.
Suavemente penetras en mi costado,
cual puñal de colores en busca de mi pasado.
Vuelvo a ti mi ruego,
tu que estremeces los techos
y caminas elegante
como mujer de firmes pechos.
Tu y solamente tu lluvia de colores y fuegos,
que vas lentamente de casa en casa,
azotando las puertas
y levantando en las familias dulces ruegos.
Siempre desde el pasado
tu has sido poderosa,
como los soles ancestrales
que cultivaban mariposas.
Ahora sigues reinando sobre la tierra,
tu reina inmaculada de cada día
que estremeces a los hombres
y los haces temblar ya sin valentía.
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